El mismo día que inició la cuarentena en Iquique y Alto Hospicio, Andrea Cejas estaba preparando almuerzos para su comedor social y preocupándose por su comunidad, por quienes integran su campamento Renacer, en la comuna de Alto Hospicio.
Esa permanente preocupación, la constante búsqueda de proyectos e ideas que tienen como principal finalidad el mejorar, o bien ayudar, a sus vecinos para acceder a mejores condiciones de vida y/o oportunidades, es por la que fue seleccionada entre las 100 Mujeres Líderes del 2020, reconocimiento que entrega Mujeres Empresarias junto al Diario El Mercurio, en las categorías de ciencia, emprendimiento, educación, social y salud.
Andrea es una de las 100 mujeres líderes de Chile, mujeres que con su trabajo y esfuerzo, han beneficiado a su entorno y al país. Actualmente estudia cuarto semestre de la carrera Administración de Empresas en el CFT Estatal Tarapacá con un excelente rendimiento académico, institución a la que Andrea agradece tanto por el permanente apoyo que le han manifestado académicos para que pueda seguir con su labor social-comunitaria sin dejar los estudios, como por los conocimientos adquiridos en la carrera, los que le han permitido desarrollar proyectos y administrar el Centro Social que lidera.
Fueron cerca de 6.500 las postulaciones que se recepcionaron a nivel nacional, de ellas solo 100 fueron seleccionadas, de las cuales 5 corresponden a la región de Tarapacá, entre las que se encuentra Andrea Cejas con reconocimiento en categoría social.
COMPROMISO PERMANENTE
De guiar al Campamento Renacer, hoy Andrea es conocida por liderar el Centro Social “Cadena de Amor”, el que no solo entrega 350 almuerzos a la semana, sino además cuenta con un centro de acopio de ropa y alimentos, y un Centro de Impresión adquirido a través de un fondo público, el que permite entregar los documentos y textos que requieren las niñas y niños para seguir sus estudios.
Son cerca de 500 las personas que reciben apoyo del Centro Social, las que acuden ya sea al comedor solidario, a imprimir documentos o bien al centro de acopio, contando para ello con el apoyo de toda su familia que trabajan a la par en cada una de las acciones que desarrolla, sin dejar de lado a todas y todos quienes de manera desinteresada llegan con ayuda, además de organizaciones como la municipalidad.
Hoy su foco está en postular a nuevos fondos públicos que le permitan comprar una cocina industrial para mejorar la labor social que desarrolla, “ahora uso los implementos que tengo en mi casa y que no da abasto para la cantidad de almuerzos que preparamos y eso genera una demora en la entrega de los platos”.
Y así, no detiene su compromiso social, porque es un compromiso que tiene con su comunidad de buscar la forma de ayudarles, trabajo que hoy, con sus conocimientos administrativos, se hace más fácil de ejecutar como ella misma lo reconoce. “Estoy feliz con la postulación de mi nombre, con el reconocimiento y muy emocionada, no solo por mi, sino también por mi familia y mi comunidad”.